Yo recuerdo la anécdota en el Santuario de Covadonga de esta pasada edición en Picos.
Un niño de unos 8años se miraba los coches babeando mientras su padre alucinaba al ver tanto roadster junto.
Muy tímido el chaval. Le vi al padre con una cámara en el cuello y no lo dudé. Le dije si quería hacerse una foto y montarse. Se ruborizó mientras daba pasitos pequeñitos al coche.
Él se conformaba con hacerse la foto de pie, al lado del coche.
Pero hombre! monta monta. (a todo esto el padre callado sacando las fotos que podía)
El chaval se sentó con miedo (no quería 'romper' nada) y le dije que se sentara bien. Cerré la puerta y el chaval aquel es futuro RSC.
Luego le dije que sacara el codo por la puerta
(mientras el padre iba tirando fotos)
Cuando el chaval parecía más impresionado que satisfecho (estaba que no se lo creía), le dije: ¿Te gusta el rojo? (el de Gabi)
Una señal a Gabi y cortesmente no dudó en dejar montar al chaval.
Se despidieron ambos con una gran anecdota y cara de satisfacción.
Tan difícil es hacer feliz a las personas? por qué hay tanto cabrón suelto?
P.D. pero nunca olvidaré la cara de mis padres cuando me presenté con el coche
(ellos se pensaban que me había gastado una fortuna.... a día de hoy estoy seguro que piensan que me costó más de lo que fue en realidad.)