Rex, con todo el pesar de mi corazón ayer nos tuvimos que despedir, después de casi 10 años con nosotros desde que te adoptamos, nos dejaste a tus 13 años de edad, después de luchar durante casi 3 semanas. Sencillamente no pudiste más.
Hay que ver, con lo pequeño que eras (2,7kg) y lo muchísimo que llenabas la casa... se nos hace extraño no verte en el hueco del vestidor que tú escogiste como camita para dormir.
Nunca mereciste que te cuidasen tan mal en tus primeros años hasta que te adoptamos, y por eso, desde que estuviste con nosotros nos demostraste desde el primer día un cariño y una relación muy especial con nosotros. La vida te cambió radicalmente, te lo merecías, jamás escatimamos en nada, siempre que te faltaba algo te lo dimos sin siquiera mirar el precio, tú siempre fuiste lo primero, siempre.
Al principio recuerdo como eras muy tímido, y lleno de fobias y traumas, pero sin embargo nos cogiste confianza enseguida y fuiste poco a poco dejando a un lado tus miedos.
Nunca te gustaron los juguetes, les tenías miedo, sin embargo eras muy cariñoso, te podías pasar hasta 20min (cronometrados) chuperreteandonos la mano, y glotón como tú sólo.... supongo que por todo el hambre que pasaste en tus primeros años.
Tanto Mary como yo, como sus padres o los míos, todos a tu alrededor te echamos de menos, convencido estoy que más amor del que te has llevado es imposible llevarte.
Nunca había tenido ningún perro, y dudo que vuelva a tener ningún otro como tú. Si la reencarnación existe, que espero que sí, espero volver a estar juntos en la próxima vida.
Allá donde estés jamás te olvidaremos. Te queremos. Tus puchis.