Me gusta este nuevo Toyota porque es muy ligero y agil... y por su tracción trasera.
No me gusta porque los asientos de atrás son casi simbólicos y se da con la cabeza en el cristal. El Volkswagen Scirocco por ejemplo, tiene unas medidas parecidas pero con dos plazas traseras utilizables. Este Toyota es más bajito y con la luneta trasera más inclinada, por lo que los asientos traseros quedan casi anulados.
Y me hubiera gustado que le llamaran Célica, Supra, MR2, Paseo... o un nombre de continuidad a los deportivos que Toyota ha dejado de fabricar hace tiempo.