Ahora que estamos encarando el húmedo y tristón invierno, al menos por estas latitudes norteñas en las que yo habito, ahí va un pequeño reportaje de unas dulces vacaciones del pasado verano a bordo de un roadster, lo que para mi representa una de las mejores mejor formas de evasión.
La primera foto en la mañana del día de mediados de agosto en que iniciaba la aventura, tomada tras hora y media de ruta en el pueblo de O Cebreiro, en las montañas que separan Galicia de León.
Tras pernoctar en Pamplona anduve un par de días por la zona pirenaica con una meteo a pedir de boca. Unas fotos ruteando entre España y Francia:
Bonita vista tomada a media tarde desde una terraza en donde con el colega que esta vez me acompañó en la ruta disfrutamos de un Perrier-grenadine. ¿A los colegas que hicieron conmigo la “Pirenaica” de junio pasado les dice algo? jeje.
Una amiga montaraz posando para la ocasión.
En el Col de Pourtalet bajando por la vertiente francesa.
Foto curiosa en un viejo hotel con mucho sabor en el que nos alojamos.
Una larga parada para disfrutar sin prisas de los grandes espacios. Estamos en zona prealpina.
Un par de fotos en la pequeña ruta de Auris, no lejos del pueblo de Bourg St. Maurice, era la última hora de la tarde y estábamos ya a dos pasos de un pequeño hotel alpino familiar donde hicimos noche. Un precioso arco-iris inundó de repente todo el valle.
Al día siguiente nos dimos un paseo frente al, siempre espectacular, glaciar de la Meije, rodeado de altitudes en torno a los 3.800 metros.
La verdad es que estabamos muy cerquita del Col du Galibier, y pese a que inicialmente no tenía pensado subir……la tentación era grande y finalmente ¡hop!....puse rumbo al cielo y en un rato estaba disfrutando ¡otra vez! , de una de las rutas alpinas míticas.
Las dos fotos en otro gigante de las rutas alpinas: el Col del Iseran. Había estado allí la última vez en el 2009, y de nuevo me volvía a impresionar.
Precioso atardecer, con el macizo del MontBlanc en vista por su vertiente sur. La foto está tomada desde el Col de Saisies.
Estamos en Suiza y una foto en el viejo hotel donde nos alojamos en el pueblo de Les Diablerets; como reza su fachada, el hotel data de 1789. Tuvimos la suerte de que nos dieron una de las habitaciones abuhardilladas del último piso. Rústico y con feeling.
Las dos fotos siguientes en ruta por el país helvético.
Ruteando por Suiza con su peculiar señalización: autopistas carteles en verde, nacionales carteles en azul; un pequeño lío mientras no te acostumbras dado que van al revés del resto de Europa.
En un día de verano espectacular y a punto estuve de enrolarme en una ruta en helicóptero sobre los glaciares de la parte central del país, pero era sábado y había bastante gente en lista de espera con casi tres horas de espera, lo que me hizo desistir.
Como lo del helicóptero no podía ser... sobre la marcha me planteé una opción sustitutoria, tomando el teleférico que en tres tramos consecutivos sube hasta el Schilthorn, un pico que roza los 3.000 metros de altitud en el cual hay un restaurante panorámico circular que gira sobre sí mismo cada hora como si fuese un tiovivo a marcha lenta, ofreciendo una espléndida vista una parte de los alpes suizos centrales ya que frente a nosotros tenemos casi “al alcance de la mano” a tres “cuatromiles”, el Jungfrau, el Monch y el Eiger. Ahí está una foto subiendo en el teleférico.
Ya estamos arriba del todo, la primera foto con vista del edificio donde está el restaurante panorámico y la siguiente tomada desde el interior del mismo.
Y ahora una curiosidad, estaba parado un rato descansando en una ruta alpina cuando pasaron, prácticamente seguidos, un SLK y un Z4 en sus respectivas últimas versiones y casi de idéntico color. Pueden compararse.
Ruteando al lado del lago de los Cuatro Cantones, todo un placer.
Algunos de los clásicos con los que me topé en la ruta.
Paseando por el pueblo de Appenzell, capital de uno de los cantones más rurales y pintorescos de Suiza, nos encontramos con esta escena típicamente alpina.
Y así, poquito a poquito, nos metimos en Austria. Paisaje muy parecido y dejamos el franco suizo y volvemos al euro. Los austríacos son en general más sonrientes y amables que los suizos; estos últimos son lineales y correctos, pero generalmente más fríos.
Un bonito “artefacto” con el que nos cruzamos. El amigo que me acompañaba de copiloto fue rápido con la cámara y lo pilló al paso.
Más fotos ruteando por Austria, en la primera se ve un poste con una indicación, y en la foto siguiente el valle que ves al asomarte a la barandilla donde está el poste.
Son las 6 y media de la tarde. Parada de descanso con consulta de rutómetro para verificar la ruta que tenemos por delante hasta llegar al hotel de esta noche, situado al final del valle de Pitztal.
En el hotel donde estábamos, al terminar de cenar una simpática, amable, y guapa camarera nos trajo por iniciativa propia un montón de folletos turísticos de la región y nos recomendó vivamente que a la mañana siguiente ascendiésemos al glaciar de Pitz tomando un tren de cremallera que luego enlaza con un teleférico en dos tramos que asciende hasta 3.440 metros de altitud. La sugerencia era atractiva y la meteo se prometía perfecta, de modo que no hizo falta mucho esfuerzo para convencerme….. La foto está tomada en la estación intermedia antes de pillar el último tramo del teleférico.
Las dos fotos siguientes ya arriba del todo. Fijaros que en la segunda foto he puesto un circulo verde señalando varios grupos de montañeros que ascendían en cordada a través del glaciar. La subida debía ser dura porque iban ganando altura muy poco a poco.
Ya de regreso bajando por la parte más dulce del valle.
Y ya regresamos al mundo real. Al lado de blanquito me encontré aparcado un coche poco corriente.
Ruteando por Austria en dirección a Domolitas. Podemos ver por el retrovisor que me sigue una preciosidad.
Atardecer en Dolomitas. Blanquito muy contento y en su salsa.
Haciendo un detallado matinal delante del hotel donde hicimos noche.
Más fotos en la zona y algunas compartiendo ruta con otros roadsters.
Una excursión a pie por Dolomitas en medio de paisajes de encanto.
Esto no es es Tibet, no. Es en el mítico paso del Stelvio.
El algodón no engaña…
Acertijo para Ángel y Juanjo….¿donde está hecha esta fotografía?.....seguro que lo sabéis… Por cierto, obsérvese como blanquito hizo buenas migas esa noche con un compañero zeteril.
Primera clase suiza…. A media mañana disfrutando de un café con una “patisserie”.
En ruta por el verde país helvético.
Fijaros que preciosidad me encontré en una gasolinera….Su dueño vino a saludarme y me dijo que al día siguiente en Pontresina se celebraba una concentración de Porsches clásicos venidos de toda Europa, y había inscritos más de un centenar.
Ya de nuevo en Francia ruteando al borde del lago Léman. Al otro lado se ve la ribera suiza en la zona de Lausanne.
Otro curioso ejemplar que me encontré en ruta.
Ruteando por Francia, ya de regreso hacia España, a través de la región de la Haute Loire.
En lo alto del Mont Mézenc, a 1.750 metros de altitud. Para subir hasta allí hay que dejar el coche y hacer una ruta senderista a pie de casi una hora.
Una simpática foto tomada en el hotel donde nos alojamos aquella noche.
Y otra foto con blanquito al fondo en ese mismo hotel.
La última foto de este reportaje atravesando la ciudad francesa de Albi que tiene un interesante casco historico.
Y nada más. He tratado de hacer una selección representativa de lo que ha sido un bonito viaje, confiando en que a los que gustan de este tipo de aventuras les haya resultado agradable de ver.