Podríamos haber titulado este artículo "Crónica de una muerte anunciada" y nadie se tendría motivos para escandalizarse. Aptera Motors, el pequeño fabricante californiano que quiso cambiar para siempre la industria del motor con el lanzamiento de un vehículo eléctrico ultraligero y de una aerodinámica revolucionaria, se ha visto obligado a bajar la persiana. Así ha sido comunicado por el propio CEO de la compañía, Paul Wilbur, que ha dado la funesta noticia indicando que ya no tienen recursos económicos para seguir trabajando, a pesar de que el desarrollo de su primero modelo ya estaba virtualmente finalizado y había planes para empezar a trabajar en un sedán eléctrico "tamaño Camry".
Aptera Motors saltó a las portadas en 2007 al anunciar el desarrollo de un económico coche de sólo 380 kg de peso y un consumo equivalente a 0,7 L/100 km, que invitaba a pensar en un concepto de automóvil difícil de imaginar por el consumidor, tanto por su diseño, como por el hecho de que por aquel entonces pocos fabricantes querían hablar públicamente de coches eléctricos. Fue fundada en 2005 bajo el nombre Accelerated Composites por Steve Fambro, un autodidacta que aprendió él sólo en su garaje todo lo necesario sobre aerodinámica y materiales compuestos para concebir la idea básica, y seducir a los primeros inversores. Pero para levantar tu propio fabricante de automóviles hace falta más que ilusión. Tras varios retrasos y continuos problemas para mantener las cuentas a flote, Steve Fambro contrató a Wilbur como CEO y decidió abandonar la compañía.
El nuevo capitán, ex-ejecutivo de General Motors, Ford y Chrysler, consiguió más financiación (incluyendo una inversión de 2,75 millones de dólares por parte de Google.org), pero también se vio forzado a rediseñar el coche en varias ocasiones para modificar el motor y añadir características que se habían pasado por alto en prototipos anteriores, como el uso de ventanillas móviles, lo que fue incrementando los costes de producción y añadiendo retrasos. Su última oportunidad llegó hace unos meses, cuando trató en vano de conseguir un crédito del gobierno de Estados Unidos de 150 millones de dólares, que se le escaparon de las manos al no poder demostrar la necesaria solidez financiera. Finalmente, en agosto anunció que se habían cancelado las reservas por un problema técnico, y ahora aquí estamos, escribiendo su epitafio.
Posiblemente el Aptera 2e hubiera tenido más futuro si hubiera salido a la venta a finales de 2007 como se propuso inicialmente, cuando eso del coche eléctrico para el día a día parecía una idea casi tan fantasiosa como el diseño de su propia carrocería, pero es muy fácil opinar a toro pasado. Lo único seguro es que Aptera Motors ha muerto, y su mayor momento de gloria fue un discreto cameo del 2e en la última película de Star-Trek. Descanse en paz.
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http://es.autoblog.com/2011/12/02/aptera-cierra-sus-puertas-sin-haber-entregado-ni-un-solo-coche/