Bueno, lo prometido es deuda. He ido lo más rápido que he podido. No he podido terminar antes. Os pongo, por fin, mi relato gráfico.
Venía yo de aparcar mi destartalado Focus en una calle cercana y, aquí tenía la primera captura de la mañana, Dios los cría y ellos se juntan. La primera asistencia de varios Smart a una conce, como dicen por aquí, cada uno de su padre y de su madre... Jrande!
Abuso BMW...
9.35, llega el asistente del punto más lejano, Terrassa city, Privateer
Tras media horilla de ruta, lloviendo, llegamos a Món ST Benet para disfrutar de un fantástico desayuno e intercambiar las primeras impresiones de la ruta, la climatología, los Smart y nuestras batallas. Un disfrute!
Esta se la dedicamos a Ángel para que recupere el fuet que le faltó (y que no pagó, tampoco...
) en la Conce Costa Brava
Parada técnica, siempre tiene que haber alguien que empieza la ruta sin repostar...
Nooooooooooo! es Privateer, otra vez, se ha levantado tarde, y con el pie izquierdo
Bueno, nada grave, un repostaje rápido y a la salida, trabucaires y gegants. Vaya zambombazos que iban pegando...
Seguimos la ruta, preciosa y espectacular, aunque os la tengáis que imaginar, dado que sacar fotos, capotados y lloviendo, no era lo más interesante. Llegamos al Observatori de Castelltallat para disfrutar de sus panorámicas. Qué suerte tuvimos que en todas las paradas que hicimos la lluvia nos respetó.
De repente... Qué es aquello que hay junto al observatorio?...
¿Es Mazinger? Nooooooooo, es Privateer
Como véis, al mal tiempo, buena cara. Estábamos disfrutando de la ruta, os lo puedo asegurar, y el humor no se nos había pasado por agua, en absoluto.
Salida en estampida del observatorio...
Os pongo un par de fotos desde el Smart, en las que podéis el paisaje y las carreteras por las que circulábamos. Curvas, arboledas, mucha agua, barro, alguna que otra piedra, pero nada que pudiera detener al escuadrón de Líder Rojo
Clubman iba controlando cómo íbamos de tiempo para ver si era prudente darnos una de esas sorpresas que te dejan con cara de
Y, tachán...
Y ya, en marcha hacia el restaurante, hubo otro intento de descapotar pero, que también nos duró poco. Aproveché para sacar una panorámica de Montserrat, al fondo, en plena marcha y... salió bien. El cielo estaba espectacular.
Aquí intente sacar los relojes de control del soplado del turbo y la temperatura del Smart, pero era difícil enfocar con tanto movimiento. Una curiosidad más de un coche francamente peculiar y sorprendente.
De nuevo tuvimos que ir capotados casi todo el tramo, aunque pudimos disfrutar de la guinda final de la ruta, la subida al Coll del Bruc, y final de ruta en el parking del restaurant.
Hasta aquí mi reportaje fotográfico, compañeros. Espero que a los que no pudísteis venir os haya gustado y a los que tuvieran reparos por la climatología, demostrarles que disfrutar de un roadster es mucho más que un paseo bajo el sol de un día de verano.