jajaja si tio tenéis toda la razón... pero hacía un frio del copón... eso si la espalda y los huevés muuuu calenticos, pero las orejas conjeladas y el moquillo era ya una estalactita, por eso lo capoté...
Aún recuerdo cuando compré el mio, en febrero, a los pocos días de comprarlo, lo sacaba a cada oportunidad que tenía, aunque sólo fuese para dar una vuelta sin sentido... muchas veces era de noche y recuerdo ver los termómetros de las farmacias a 7 grados.
En el coche se estaba bien (llevando chaqueta, eso si...), pero recuerdo sacar una mano por encima del parabrisas y... uff, qué frio!!