Como algunos seguidores del foro sabrán, al terminar la Travesía Pirenaica de principios de junio, a mí me restaba algo más de una semana de vacaciones, que me tomé con mucho relax haciendo una ruta muy descansada. Tenía casi cinco días por delante para acercarme poco a poco a la localidad donde este año se celebraba el Meeting National 2011 del ZClubFrance, un pueblo de la región de Limousin no lejos del macizo central, de modo que por el momento decidí quedarme en las zonas pre-pirenaica y pirenaica.
Voy a colgar seguidamente algunas fotos de esta ruta y también a continuación algunas de lo que fue el meeting del club franchute.
La primera noche después de terminar la pirenaica me quedé en una masía en plena campiña, a pocos kilómetros del bonito pueblo medieval de Besalú en la provincia de Girona. La verdad es que había pasado al lado de este pueblo hace años y tenía gana de visitarlo con toda la calma del mundo.
La primera mañana de esta ruta en solitario amaneció con una fuerte tormenta; eran poco más de las seis de la mañana cuando un auténtico estruendo me despertó. La tormenta era un espectáculo, yo estaba en una habitación de techo abuhardillado en el último piso de la masía y el ruido de la lluvia y de los truenos se sentía mucho más. Como el gran voladizo del tejado impedía que la lluvia entrase en la habitación abrí la ventana y me metí en la cama de nuevo. Desde la cama tenía una bonita vista del entorno verde y de naturaleza de la zona, y la verdad es que resultó muy agradable disfrutar de aquella tormenta calentito debajo de las mantas. Una hora después dejó de llover y más tarde salió el sol.
Un par de fotos saliendo del hotel-masía ya cuando la mañana estaba bastante avanzada.
Y unas fotos tomadas más tarde de paseo por Besalú, un pueblo muy bien conservado que merece la pena visitar con calma.
Sobre la marcha decidí pasar la noche en la región de la Cerdaña, una zona que siempre me ha gustado mucho por su clima de montaña y la limpieza de sus cielos. Dirigiéndome hacia allí fue un verdadero placer atravesar el collado de Tosas a última hora de la tarde, casi con la puesta de sol, con una temperatura perfecta, ni un ápice de viento, respirando aire puro y con la carretera prácticamente desierta. Había pasado en otra ocasión a media mañana por este puerto hace años pero la impresión que esta vez me proporcionó nada tenía que ver. Y es que las condiciones de luz, de temperatura, de viento, de hora, de meteo, de circulación….pueden transformar increíblemente un mismo paisaje Las fotos siguientes en este momento de placer en ruta.
Ya en la Cerdaña y llegando a Puigcerdá, donde hice noche. Temperatura fresca pero agradable, el termómetro del coche nos marca 15 graditos a esa hora.
Al día siguiente tomé rumbo hacia el valle Arán, ese bonito valle al que algunos llaman “la suiza española”, y que como sabéis es políticamente español, pero geográficamente “francés” ya que se encuentra del otro lado de los pirineos; de hecho para acceder allí hemos de atravesar el col de la Bonaigua a 2.000 metros de altitud o pasar por el túnel de Vielha. Tres fotos de esa ruta hacia Arán; por cierto en una de ellas compartiendo área de descanso con un zeta inglés.
Tuve suerte con la meteo en estos primeros días. En el valle de Arán me había alojado en el parador de Artíes y la vista desde la ventana de mi habitación a las 7 de la mañana era ésta:
Algo más tarde después de desayunar y remolonear un buen par de horas disfrutando del sitio el sol ya radiaba con fuerza y desde la piscina del parador el mismo macizo ya lucía de esta otra forma, igual de bonito.
Una foto tomada delante del parador cuando ya salía de ruta.
Esa jornada me la tomé con toda la calma del mundo y visto el buen tiempo me dediqué a descubrir alguna de las pequeñas carreteras de montaña del valle de Arán, llegando por una pequeña carretera a un hermoso paraje situado en la cuenca de un antiguo glaciar desaparecido, allí hice mi pic-nic campestre, animándome a tirar de bañador, de esterilla y de crema solar para disfrutar del relax del sol en montaña en un día luminoso que aunque al final de la primavera era ya de pleno verano. Unas fotos tomadas en este bonito valle de alta montaña.
Al día siguiente fui tirando hacia el norte atravesando el sur de Francia por pequeñas rutas rurales de esas que a mí me gustan, quedándome a hacer noche en un pequeño hotel rural situado en un paraje muy tranquilo no lejos de la ciudad de Brive. El hotelillo con el zeta en el parking.
Alguna foto más en ruta hacia el meeting del club francés hechas en la región del Limousin, una de ellas en el pueblo de Meymac, en donde había un pequeño mercadillo y otra visitando una iglesia fortificada.
La foto siguiente en ruta con el zeta en el momento de atravesar un puente sobre el rio Dordogne.
Y estaba ya a las puertas de la localidad donde se celebraba el meeting del club franchute. Van ahora algunas fotos de este evento, en el que la meteo no puede decirse que fuera muy buena, pero se suplió con el buen ambiente y el buen humor por parte de todos los asistentes.
El viernes por la tarde estuvo todavía con buen tiempo, y este era el ambiente que había en el centro de vacances donde se celebraba el meeting, la gente relajada descansando y conversando mientras los participantes iban llegando.
El centro de vacaciones estaba muy bien, situado en una zona muy tranquila al lado de un lago y las habitaciones en casitas independientes repartidas por una gran extensión de terreno. Un par de fotos tomadas más tarde antes de cenar sacadas en la zona donde se situaba mi alojamiento.
El presi del club explicando a los asistentes, antes de la cena del viernes, como iba a ser el programa del meeting. Por cierto tras la cena hubo un concierto-fiesta organizado para todos los participantes en esa misma sala.
Un par de fotos en el comedor con vistas al lago donde tenían lugar las cenas comidas y desayunos. Los menús estuvieron muy bien y dejaron en general satisfechos a todos. Por ahí ando yo en una foto, que en este caso no está tomada por mí.
Las dos fotos siguientes en la ruta del sábado en la que los 90 zetas que eramos fueron repartidos en distintos grupos; en la foto el grupo en el que yo iba, comandado por el Z3 coupé azul que figura en primer plano por la izquierda.
Dominique (Dogemot es su nick) el abuelo del club y un auténtico "gentlemen" . Hablamos mucho de la pirenaica, le mostré en rutómetro y se mostró tan absolutamente interesado que decidí obsequiarle con el ejemplar que llevaba conmigo. No supo como agradecérmelo...un tipo de los que merece la pena conocer y con los que es una delicia conversar por su educación y su gran cultura, al que por cierto recordarán Mave, Ángel y Rudolfito que vinieron al meeting del club del 2010.
Otra foto de nuestro grupo en ruta algo más tarde cuando ya había mejorado la meteo de aquel sábado de junio.
Un par de fotos frente el lago Pavin que ocupa la fosa de un antiguo cráter volcánico, en la primera el colega Matt al que también recordarán los compañeros antes citados y en la segunda el que esto escribe.
En la ruta de la tarde ya de regreso al centro de vacances tuvimos la suerte de pasar por un pueblo donde salía un tramo de un rallye local de clásicos, de modo que paramos nuestro grupo y aproveché para sacar unas fotos, de las cuales cuelgo algunas que muestran el ambiente:
Tras pasar un buen rato viendo estas preciosidades sobre ruedas, continuamos ruta hacia el centro de vacances, que estaba tan sólo a 20 kilómetros, luego llegamos en un pis-pas. Antes aún tuve tiempo de lavar el coche y darle unos mimos...
Algo después el presi avisó que íbamos a hacer una foto "oficial" del meeting y allá nos fuimos.
Esta foto la hizo otro, luego yo debo andar por el medio del grupo en algún sitio
Y bueno de meeting ya está bien como muestra.
Al día siguiente tocó retorno hacia España eligiendo en lo posible rutas con cierto encanto. Aquí atravesando un pueblecillo en el sur de Francia.
Y la última foto tomada desde el balcón de mi habitación en un hotel en plena campiña francesa, no lejos ya de la frontera de nuestro país, en el momento en que el sol despedía el día.
Y nada más señores, que ya está bien de rollo; imagino que siempre habrá alguno con muchas ganas que habrá sido capaz de leérselo todo