Etapa 5.- De Viscos al Parador de BielsaAmaneció un precioso día primaveral. Una suerte, ya que íbamos a afrontar la que habíamos denominado “etapa reina”, que nos iba a meter de lleno en la alta montaña pirenaica. Iniciamos pues esta etapa pletóricos de ilusión y tras un buen desayuno llevamos a cabo el ritual diario de la consulta del rutómetro para perfilar al detalle la etapa que íbamos a iniciar.
El hotel en el que estábamos está repartido en dos viejas casas de la aldea de Viscos, en una de ellas están las habitaciones, y la otra, prácticamente contigua, acoge el salón de estar y el comedor. La foto en la puerta de acceso de esta última.
La ruta de esta quinta etapa era larga, pero la verdad que la mañana estaba tan deliciosa y en el hotelillo se estaba tan bien, que no nos resistimos a relajarnos un rato en las hamacas de la piscina del hotel antes de emprender la ruta
Creo que más de uno/a pensaba en ese momento….rediez! pero con lo bien que estamos aquí, tener que marchar ahora…
Pero había muchos kilómetros y emociones en la etapa de hoy, de modo que venga! toca espabilar! Dejamos la piscina, pillamos las maletas y aquí estamos en el momento de dejar el hotel al lado de la casita que alberga las habitaciones.
Abandonando ya el parking para emprender la ruta
Muy poco tiempo después acabábamos de ascender a Luz-Ardiden por la bonita carretera que se aprecia en la foto en que más de uno se divirtió de lo lindo, la foto está tomada desde lo alto de la estación donde termina la carretera, de modo que después toco bajar por el mismo sitio por donde habíamos ascendido.
Justamente desde donde he hecho la anterior foto hago un 180º y lo que hay detrás es esto:
Un nuevo tramo de ruta hacia el valle de Gavarnie y una hora más tarde estábamos en una altitud cercana a los 2.000 metros en el Pico de Tantes con este panorama
Un par de fotos del grupo, hacía pelete allá arriba….
Creo que las caras de estos dos personajes ponen de manifiesto de mucho calor no hacía…
Miguel al más puro estilo Touareg de las montañas
Y un par de fotos más de las muchas sacadas en el buen rato que anduvimos por allá arriba de paseo
Vuelta a los coches y bajada en medio de paisajes vertiginosos salvando de vez en cuando rebaños de vacas y de ovejas que campan libremente en estas montañas en la estación estival.
Señores! que se nos echa la tarde encima y no hemos comido aún!. Toca buscar un sitio para el pic-nic que, en medio de tan majestuosos y solitarios paisajes, encontramos rápidamente
Ángel y Silent compartiendo viandas. Simpática imagen
Y toca rodar de nuevo. Más fotos sacadas por el retrovisor, que nos acercan en imágenes a las rutas que pudimos disfrutar en esa tarde.
Las tres siguientes imágenes rodando por el valle de Ossoue a través de una pista asfaltada. La carretera no tiene salida y tras unos 6 kilómetros de recorrido se convierte en una pista de montaña sin asfaltar, pero mereció la pena hacer el recorrido en tanto resultaba transitable por el hermoso paisaje que ofrece
En este tramo Ángel e Imaracing se habían cambiado los coches. Bonita foto de Ima en el coche de Ángel
Un poco más tarde, ya en el pueblo de Gavarnie y frente al famoso circo que lleva su nombre sopesamos la posibilidad de hacer un recorrido en caballo hasta un punto cercano a la base del circo y visto que el personal se animaba contratamos los caballos y allá nos fuimos. Dos horas de recorrido entre ida y vuelta que nos dejaron un bonito recuerdo. Una foto sacada en nuestra caravana, es Mary la que va delante de mí siguiendo a Imaracing; al frente iba Miguel montado a lomos de Noisette (avellana en francés), le pusieron ese nombre a su caballo por su pelaje color avellana.
Nuestro grupo en el punto final de la excursión tras una hora de ruta a caballo, muy cerca ya de la base del imponente circo cuyas paredes verticales alcanzan casi los 1.400 metros de altura ¿verdad que en la foto parece imposible? Son unas dimensiones imponentes.
Siguen ahora unas fotos de los componentes del grupo en el "equinotour a Gavarnie", empezando por Miguel que a lomos de Noisette iba al frente de la expedición
Marimar iba muy acoplada a su montura
Silent, hecho un jinete de los pies a la cabeza
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Mary iba encantada a lomos de "Azur"
Ángel, que tras algunos escarceos logró finalmente sintonizar con su caballo
Flori montaba una yegua muy joven que hacía una de sus primeras excursiones de este tipo
Imanol dominando la escena
Nuestro amigo Mave
Y finalmente el que esto escribe, Jotaeme, con el circo al fondo
Tras otra horita para la ruta de regreso estábamos ya en el parking donde habíamos dejado los roadsters. Al fondo el circo de Gavarnie en toda su grandiosidad.
Una bonita foto de Miguel ya con su montura habitual, su Mx5
A partir de aquí quedaba todavía muchísima ruta, hicimos la subida al circo de Troumouse por una carretera de vértigo ¡lástima que al empezar a subir nos metimos en nubes y había una reducida visibilidad!. Vinieron después el col de Tourmalet, el col de Aspin…. Desgraciadamente no tengo fotos de esta parte del recorrido, que sin embargo estoy seguro otros colegas ilustrarán debidamente.
La tarde, más bien ya la noche, se echaba encima y yo iba “relativamente” tranquilo al frente de la expedición porque esta vez hacíamos noche en España, con un margen pues de dos horas adicionales para cenar con respecto a los horarios franceses. De hecho la meteo había sido buena y aprovechamos para estirar la etapa todo lo posible. Ruteábamos ligeros rumbo al sur cuando de repente veo a la derecha de la carretera un cartel iluminado anunciando que por razón de obras, entre los meses de abril y septiembre el túnel de Bielsa cierra de 10 de la noche a 8 de la mañana. Miro el reloj y me quedo helado…..glupsss! no puede ser! faltan veinticinco minutos para las diez de la noche y nos quedan una porrada de kilómetros y un puerto de montaña para subir a la base del túnel! Y nosotros con las habitaciones reservadas en el parador de Bielsa del otro lado de la frontera….
A partir de ese momento dejé de mirar el reloj, dejé de mirar los pueblos por los que pasábamos, deje de hablar por el walkie, deje de pensar en otra cosa que no fuese conducir…. sólo había carretera, líneas blancas, cuestas y muchas curvas…..cuestas y curvas otras veces tan amadas y que ahora parecían endiabladas y nos iban impedir llegar a tiempo para pasar el túnel, encima éste no acababa de llegar nunca, aquel tramo parecía eterno…. Kilómetros, más kilómetros, pasamos un pueblo, otro, nuevas rampas hacia arriba, tramos de curvas de montaña otra vez….Al fin allá a lo lejos veo unas luces, se adivina que puede ser el túnel…..en efecto lo es, pero….la hemos fastidiado…….Un semáforo luce en rojo y allí no hay nadie, ambiente desierto…..definitivamente el túnel está cerrado ya. En ese momento, por primera vez desde hace una eternidad miro el reloj del coche que, milagrosamente, marca las 22:00 exactas. Me parece imposible lo que estoy viendo…..sale del túnel un coche de mantenimiento, se para, sale del mismo un individuo, nos mira a lo lejos, habla por un walkie, se supone que con alguien del otro lado del túnel, y tras unos cuantos minutos que se nos hacen interminables levanta la mano y hace una señal de que avancemos….Waouuuu! estamos salvados!
Cruzamos el túnel ligeritos de cascos…ya estamos en España, ahora toca llegar al Parador –todavía queda un buen trecho- y que nos den de cenar…llamo por teléfono y me dicen que límite para entrar en el comedor 22:30 horas; más tensión…., atravesamos el valle de Pineta de noche y lloviznando a “mil por hora” pero el esfuerzo vuelve a tener premio: Son las 22:30 y estamos cruzando la puerta de acceso al parador. Enfin un final de etapa movidito y materialmente “al filo de lo imposible”. Un rato más tarde plácida cena para despedir lo que fue una singular jornada y mi última foto de esta etapa ya cenando en el parador de Bielsa.