Copio pego la traducción que se ha currado Clubman y ha publicado en forocoches:
Top Gear: Lotus Elise S1Vale, es pequeño coche de plástico con un motor Rover y un chasis de aluminio, unido por cola en vez de puntos de soldadura. Parece algo que James May podría hacer a escala 1/12 en la mesa de su cocina. No hay alfombras, radio o aire acondicionado, y la lista de extras - o lo que quedaba de ella – incluía lujos tales cómo bolsas en la puerta y tapas de metacrilato para los faros. Y en 1996, cuando me subí por primera vez, supuse que conducir esta pequeña criatura curvada resultaría ser una experiencia propia de un coche de carreras asesino e implacable, una experiencia sobre la cual reflexionaría desde la comodidad del árbol en el que acabaría al intentar tomar la primera curva.
Nada más lejos de la realidad. Si el chasis desnudo de aluminio y el interior espartano te sugieren que este coche es para pilotos profesionales, al conducirlo te saca el campeón de F1 que llevas dentro. Por supuesto, ahora, después de 15 años, no puede tener el mismo efecto, verdad? Pues si. Salta a dentro, enciende el motor Serie K de 1.8 litros y agarra el pequeño volante y déjate llevar por un mundo de diversión; ágil y directo, es una sonrisa con ruedas. Te halaga, te hace sentir bien, conducir bien y que sientas que eres un superhéroe, sonriendo de oreja a oreja hasta que te duele la cara.
Este fue el coche que marcó el regreso de Lotus, y en ese momento, se habló mucho de su cercanía a los ideales del fundador de Lotus, Colin Chapman - Aumentando la ligereza y la sencillez. Esta podría haber sido una chorrada típica de cualquier fabricante, pero no fue así. Hacía años que no nos encontrábamos con algo así, y si la gente estaba desconcertada al principio, la timidez inicial fue pronto reemplazado por la lujuria desenfrenada. El Elise es un clásico instantáneo, pero no cómo un objeto. Este no es un coche para mirar. No hay detalles hechos minuciosamente ni pequeñas funciones fascinantes.
El chasis de aluminio pegado fue una primicia en la industria, sí, pero es sólo un poco de metal y pegamento, algo que difícilmente te atraerá - a menos que seas James May, obviamente. La carrocería está pensada para la eficiencia aerodinámica en vez de admiración de la barra del bar, el motor va situado detrás de los asientos, con tracción a las ruedas traseras. Eso es todo. El cuadro ligero Stack de LCD con relojes de combustible y refrigerante podrían haber llamado la atención en el año 1996, pero incluso un teléfono móvil era más interesante por aquél entonces. Así que quizás al subirte te vengan ganas de llorar.
Y eso es exactamente de qué se trata. La dirección no es asistida, lo mejor para sentir cada bache de la carretera. Tiene sólo 120 cv, tengo utensilios de cocina más potentes, pero pesando tan solo 755kg, el Elise es más ligero. La constitución de peso mosca es la clave para exprimir cada explosión que sale en salir del pequeño molinillo de la serie K: 0-100 en 5,8 segundos, y si hay una curva, no hace falta levantar, mantienes el pie a fondo y giras. No te pega contra el asiento - sólo corretea, delgado y ágil. También es barato de mantener. Gracias de nuevo a que pesa tan poco, 7 litros a los 100 es una cifra alcanzable, incluso con el pie un poco pesado.
La carrocería de fibra y el chasis de aleación no se oxidan, por lo que el Elise se puede dejar aparcado fuera y ser tratado como el cachorro travieso que quiere ser. Y eso es una buena noticia hoy, porque puede ser tuyo por entre 9 y 17 mil euros. El Elise. Fue pionero en 1996, pero incluso ahora, es difícil pensar en un mejor placer automovilístico. Algo que sacar, saborear y luego guardar hasta la próxima vez que sientas la necesidad de sonreír.
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