El Mx5 siempre tuvo pinta de coche de juguete, un bonito regalo para un niño grande. Y en ese color todavía da más esa sensación.
Yo me reencontré con mi ex Mx5 verde inglés hace unos días en el concesionario bmw de mi ciudad en el departamento de usados, y la verdad que fue una grata experiencia, me lo pasé muy bien fijándome en mil detalles, y me vinieron a la cabeza montones de buenos momentos y de aventuras vividas con ese coche.
Fue mi primer roadster, después de muchos años de tener motos como vehículos de ocio, y nunca me olvidaré de los nervios y la sonrisa en los labios con la que lo saqué del concesionario recién adquirido.