Si uno califica a este personaje con palabras gruesas le cae un quilate de pesetonas, pero si este personaje le zurra a un fotógrafo, el cual está, entre otras cosas, contribuyendo a que el antedicho personaje pueda mantener su posición social a través del mecanismo de transmisión de status conocido vulgarmente como "fama", posición social que es la que le procura los garbanzos dicho a toda prisa, entonces ¿le toca al ya repetido personaje pagar treinta mil duros de multa y cinco mil para el infortunado fotógrafo?
Es complicado decir todo esto con palabras finas, muchas veces el insulto es totalmente necesario para no perder el ritmo ni la armonía en el decir y no extenderse más de lo que el tema pide. Ya decía Gracián que lo bueno, si breve, dos veces bueno, y aún lo malo, si breve, no tan malo. Es complicado callarse lo que a uno le parece el señor José Ramón Julio Martínez Márquez, parecer que, eso sí, mejora, aunque sea en poco, lo que a uno le parece el poder judicial de este país.