Dos parejas están jugando a las cartas. De repente, a Luis se le caen unas cartas al suelo. Cuando se agacha a levantarlas, nota que la mujer de Pablo no está usando ropa interior.
Medio incómodo, Luis se golpea la cabeza con la mesa y se levanta con cierto rubor en el rostro.
Más tarde, Luis va a la cocina a buscar una cerveza y la mujer de Pablo lo sigue. Le pregunta:
- ¿Viste algo interesante debajo de la mesa?
Luis admite que sí, y ella continúa:
-¡Puede ser tuyo, por sólo 500 Euros!
Luis piensa un minuto, y dice que está interesado. Quedan en encontrarse el viernes siguiente a las 2 p.m., cuando Pablo estuviera en la oficina.
El viernes, Luis va a la casa de Pablo y, después de una sesión de sexo como hacía mucho tiempo no tenía, le paga a la mujer los 500 Euros acordados.
Al rato después llega Pablo y le pregunta a su mujer:
-¿Luis estuvo aquí esta tarde?
La mujer, a regañadientes y un tanto sorprendida, responde que sí.
-¿Y te dio 500 Euros?
(Dios mío, él lo sabe), piensa ella.
Y finalmente dice:
-Sí, me los dio.
-¡Ah, qué bueno! -responde Pablo-, él pasó por mi oficina esta mañana y me pidió 500 Euros prestados. Me dijo que me los devolvería esta tarde al pasar por la casa, que te los dejaría a ti si yo no estaba. ¡¡¡Qué buena gente es Luis!!!