Yo no soy nada partidario de elevar los límites de velocidad actuales. El 80% de los conductores no están preparados para circular adecuadamente a esa velocidad.
No hablo de ser capaz de llevar el coche por lo negro, no. Hablo de que la gente en general va "a mouras", como decimos en mi tierra, no importa a qué velocidad vaya, y tiene unos hábitos de conducción lamentables. Pensad en el típico conductor de nuestro país, que va mirando al frente nada más, que no señaliza ninguna maniobra, que en el caso de señalizarla, lo hace después de ejecutarla, que cuando ejecuta, lo hace sin mirar previamente...
Ese conductor para el que las líneas discontinuas significan barra libre para llevar el coche por donde quiera, para el que los arcenes amplios en las curvas a derechas, y las curvas con visibilidad a izquierdas son de nuevo barra libre para "aprovechar" arcén o carril contrario, que conduce "de memoria", que cuando no dispone de esa "memoria" va entorpeciendo el tráfico porque no sabe qué hacer, que no respeta la distancia de seguridad ni por despiste, que circula a tirones en lugar de mantener un ritmo constante, que no facilita los adelantamientos ni las incorporaciones, que una vez adelantado empieza a circular al ritmo del que le ha adelantado, que nunca facilita la circulación de vehículos más lentos, que entiende que el límite máximo es la velocidad a la que se debe circular siempre (eso, +10 km/h de margen, off course), o, al contrario, de no hacer esto, circula muy muy por debajo de dicho límite porque "tiene derecho" a ello, que no sabe situar ni usar las manos al volante, que acelera a base de recuperaciones desde abajo del todo en carretera y luego va casi al corte en casco urbano entre semáforos, que, o frena hasta media curva, o frena con excesiva antelación...
Sí soy absolutamente partidario de los límites variables, en función del clima, del estado del firme y de la densidad de tráfico. Porque es lo que tiene sentido en un tipo de conducción adaptativa, que es la idónea, a mi modo de ver, en carretera (adaptativa, que no reactiva), y porque obligaría por un lado a un esfuerzo de reaprendizaje, y por otro, a un esfuerzo de atención y concentración conduciendo, que disminuiría sin duda el número de accidentes, y que haría más "fácil" circular a todos.