El Ford Focus ST va cogiendo forma a medida que pasan los meses y ya sabemos prácticamente todo lo que tenemos que saber aún cuando la nueva generación del Focus todavía no ha aterrizado en los mercados. Con la llegada del Salón de París podemos hablar a fondo del compacto deportivo.
Desde que fue presentado este Focus ST quedó claro que Ford se movía al One Ford, o lo que es lo mismo un modelo global que se adapta ligeramente a cada mercado en el que vaya a ser vendido, hasta la última consecuencia. Y ello significaba que el ST también sería un modelo a ver en Europa o en América con prácticamente el mismo aspecto. Un aspecto que por otra parte revela la deportividad innata de las siglas ST circunscritas al nuevo diseño del Focus.
Exterior deportivo e interior por encima de la generación previaSolamente hemos visto un color para el Focus ST, el naranja Tangerine Scream, pero ha sido suficiente para darnos cuenta de que Ford ha hecho los deberes, en cuanto a que parece sin dudarlo un compacto deportivo. No se puede dudar de ello viendo su frontal con esas branquias tan marcadas, sus faldones en el perfil o ese difusor también branquial que encierra en su parte central una salida de escape que recuerda a la silueta de unas gafas de sol. Las luces LED que remarcan la parte inferior de los faros delanteros quedan que ni pintadas.
Lleva llantas de aleación de 19” de serie alejadas de los clásicos colores negro o plata, ahora toca una coloración a medio camino llamada Golden Graphite. Por detrás de ellas brillan, aunque sólo sea por su tipo de pintura en el mismo color que el de la carrocería, las pinzas que muerden los discos de freno. Y para el que extrañamente desconozca la nomenclatura “ST” hay dos formas de saber que lo es, mediante las insignias situadas en el portón y a un lado de la entrada de refrigeración principal.
Al adentrarnos en su interior se revelan muchos más aspectos de esta deportividad. Lo que más importa es que se ha trabajado para que esas dosis de deportividad exterior llega al interior. ¿Cómo? Pues a través esencialmente de un asientos de marcado acento deportivo, sujetadores como pocos y muy llamativos. Los firma Recaro y combinan a la perfección la tela, el neorepno y la piel en color negro Charcoal Black con una fuerte inspiración en los asientos de competición.
Da gusto que incluso los asientos traseros sean del mismo estilo a pesar de que no son tan aparatosos. Esa es la clase de sensaciones interiores que desea quien se compra un ST. También lo consiguen a través de la diferenciación de varios aspectos como los cromados con las siglas “ST” que rezan en el pomo del cambio y en la base del volante. Un tapizado acorde con el color dominante pone el broche de oro. En el panel superior de instrumentos luce tres “relojes” que marcan la presión del turbo, la presión del aceite y su temperatura y tras los pies del conductor aparece un pedalier metalizado. En ese aspecto parece que no tiene mucho que envidiar al actual Focus RS.
Chasis, frenos y dirección a la altura
El Ford Focus ST mantiene un estándar de corte deportivo en sus facetas primordiales más allá del diseño y de su tren de potencia. El tarado de suspensiones y amortiguación definido por Ford no ha sido revelado al completo pero entre otras cosas la suspensión reduce en 1 cm la altura de la carrocería sobre el suelo y cuenta con una relación variable del giro de la dirección. Algo así ocurre con los frenos, de los que no tenemos medidas pero que claramente se revelan como “deportivos”.
La dirección asistida es eléctrica y variable, como no podía ser menos, y entre todos los sistemas de ayuda al control del vehículo como los clásicos controles de estabilidad y de tracción destaca el Control Vectorial de Par (Torque Vectoring Control) que trabaja para repartir el par motor entre las diferentes ruedas según las necesidades. Por lo que parece es una especie de diferencial electrónico similar al XDS de Seat por ejemplo y de ser así ofrecerá un buen trabajo para mejorar los pasos por curva a pesar de que no actúe tan bien como un diferencial autoblocante clásico.
Motor EcoBoost de 250 CV
La apuesta de Ford por los motores EcoBoost es total. Y máxime cuando lo hacen para crear el Ford Focus de nueva generación más potente, llamado por el momento Ford Focus ST. Más adelante seguro que contaremos con una variante RS que nos pondrá verdes de envidia por fuera y rojos de emoción por dentro.
La mecánica del Focus ST es un bloque tetracilíndrico de 2.0 litros que entrega 250 CV caracterizado por la inyección directa de combustible, la turboalimentación de baja inercia y la doble distribución variable independiente. Entrega además 360 Nm de par máximo lo que significa una ganancia de un 10 % con respecto al motor del anterior Focus ST. Lo mismo ocurre, en sentido contrario, con la emisión de CO2 que se reduce en un 20 %.
La tracción se produce en el eje delantero y la transmisión que contacta el motor con las ruedas es manual de seis velocidades. Salvo que nos sorprenda Ford con el nuevo RS, el motor de cinco cilindros pasará a la historia irremediablemente. El downsizing y la emisión de CO2 se imponen para llevarse por delante a este reconocido motor.
Hasta 2012 podemos esperar sentados a verlo pasear por nuestras carreteras. Todavía desconocemos el comportamiento del nuevo Focus y de sus motores EcoBoost pero aparenta que Ford ha trabajado duro para conseguir un buen producto global. Global es la palabra pero a la hora de valorar un coche de sensaciones deportivas poco importa. ¿Os convence este Focus ST? A mi me convence a medias, parece que le falta algo más de “chispa”.
link noticia y más fotos:
http://www.diariomotor.com/2010/09/30/ford-focus-st-2011/