La experiencia
Nürburgring no es únicamente
acceder al circuito con el coche, es también respirar el ambiente que rodea a esta Meca del automóvil. Ya desde las carreteras cercanas se empiezan a ver gran cantidad de coches de buen calibre, que aumentan en número y calidad en cuanto enfilamos la salida hacia Nürburg, el pueblo en el que se ubica el circuito. Una vez en la entrada,
es obligada una visita a los tres aparcamientos que la flanquean. Si te gustan los coches, se te pondrán los dientes muy largos.
Hay más de diez aparcamientos diferentes en el complejo, pero los que nos interesan son tres. Dos de ellos están junto a la entrada del Nordschleife, el tercero no está pavimentado y se encuentra a unos 50 metros. En todos ellos se siente el rugir de los motores, el olor de la gasolina, son el lugar ideal para dejar al coche reposar tras unas intensas vueltas y
el sitio idóneo para contemplar coches que jamás pensaste que verías en vivo, como por ejemplo un TVR Tuscan, una Dodge Ram SRT10 o un Ford GT.
Porsche Carrera GT y Mercedes 300 SL Llegamos pronto al circuito, antes de que abriesen, así que pudimos pasearnos por el aparcamiento. Los dos coches que esperaban en la entrada ya captaban todas las miradas:
un Mercedes 300 SL de los años y un Porsche Carrera GT, ambos de color plateado y en un estado de conservación inmaculado. Aunque ya había visto algún Carrera GT, el 300 SL era el objetivo de todas las cámaras, y francamente pocos miraban al Porsche estando al lado un auténtico superdeportivo construído hace más de 50 años.
Valorado en unos 600.000 euros en el mercado de segunda mano, era casi más valioso que el Carrera GT. El dueño, un señor de unos 60 años, había quitado el paragolpes cromado delantero, imagino que para hacerlo parecer más deportivo. Su propulsor es un 3.0 de seis cilindros en línea que desarrollaba 215 CV y empleaba un sistema de inyección de combustible en lugar de carburación. Una auténtica preciosidad de líneas puras de la que es imposible cansarse. Lo mejor de todo: entró en el Nordschleife.
Tanto el 300 SL como el Carrera GT dieron una vuelta, pero no más, que son coches muy caros que no conviene arriesgar en el circuito más técnico del mundo. Si el 300 SL destacaba por su presencia y estado de conservación, el Porsche destacaba por su sonido, un aullido penetrante que emana de las entrañas de su 5.7 V10 derivado de la competición, capaz de desarrollar 612 CV de potencia y girar a regímenes cercanos a las 9.000 rpm. Es posible que llevase un escape modificado.
Músculo americano: Corvette, Camaro, GT, Ram Los coches americanos no eran ajenos al Nordschleife, especialmente aquellos más deportivos y enfocados a la conducción en el circuito. La presencia de los
Corvette C6 era relativamente abundante, pudimos ver al menos tres
Z06, pero ni un solo
ZR1. Uno de ellos llevaba una preparación dinámica interesante, con suspensiones rebajadas y un ligero ensanche. Los V8 americanos desarrollaban al menos 505 CV, extraídos sin mucha complicación de un gigantesco motor con siete litros de cilindrada.
Entre los Corvette, un único
Chevrolet Camaro SS, con matrícula de Hamburgo. Nunca había visto un
Camaro tan cerca y lo cierto es que impresiona su diseño: es un auténtico muscle car. Un auténtico muscle car que recuerdo haber visto en el circuito, adelantándome sin esfuerzo en una recta, en la que el Suzuki no daba mucho más de sí. Llevaba caja de cambios manual, lo que implica que su motor es
un 6.2 V8 capaz de desarrollar 420 agresivos caballos, en medio de un delicioso torrente aural.
El
Ford GT estaba parado en el aparcamiento y no lo ví moverse nada más que para cambiarse de sitio. Repasando fotos del día en Internet, no he encontrado ninguna foto, y un coche tan llamativo sería un buen blanco para los fotógrafos. Si entró al circuito fue para una sola vuelta. Este bajísimo superdeportivo lleva un
motor 5.4 V8, sobrealimentado por un enorme compresor hasta lograr 550 CV de potencia. Es el típico coche para presumir en el aparcamiento y apenas rodar, no sea que se nos rompa.
Lo mismo fue aplicable a un Audi R8 preparado por Hamann con pintura de camuflaje que conducía un chaval ruso de no más de 20 años. El último hierro americano destacable que pudimos contemplar en el aparcamiento fue una
Dodge Ram SRT10, una enorme pick-up de dos puertas, con llantas de más de 20 pulgadas, una presencia muy bruta y el motor 8.3 V10 del Dodge Viper SRT10. Este monstruo de tracción trasera y cambio manual es capaz de entregar 517 CV y hacer un 0 a 100 km/h en menos de 5 segundos.
Y de propina, un
Shelby GT500 que también hizo acto de presencia en los últimos momentos antes de que marchásemos del circuito.
Nissan GT-R anti-incendios En Diariomotor ya
os hemos hablado miles de veces del Nissan GT-R, y también os hemos hablado de la
versión anti-incendios que ha comprado el circuito para su uso como
vehículo de intervención rápida en caso de accidentes. Ya sabemos que es uno de los vehículos de serie más rápidos del circuito, y aunque lleve un grande y pesado tanque de retardante químico estoy seguro de que es capaz de llegar a cualquier punto del circuito en menos de ocho minutos.
El Reino Porsche Si por algo destacaba el aparcamiento del circuito era por la
enorme cantidad de Porsche 911 GT3 y BMW M3 que había, parecía que los regalaban con los cereales. Pero algunos ejemplares destacaban más que otros, como algunos
911 GT3 RS del paquete, un precioso 911 Carrera RSR de los años 70 en perfecto estado de conservación y un
increíble 9ff GT Turbo 780. Esta salvaje preparación eleva la potencia del motor 3.6 bóxer a unos escalofriantes 780 CV, permitiendo un 0 a 100 km/h de tres segundos escasos y una punta de más de 370 km/h.
Las máquinas italianas: Ferrari y Alfa Romeo Los italianos parecían tener algo de miedo al Nordschleife. Los Ferrari eran bastante abundantes, vimos un
F430 Scuderia 16M que sólo dió una vuelta al circuito y posteriormente un precioso 612 Scaglietti, un alucinante 288 GTO, un California y un 348 TS que
no llegaron a entrar al circuito, principalmente porque llegaron a una hora ya algo tardía y estaban demasiado impolutos como para estrujarlos en un circuito. Aún así, hacían girar muchas cabezas y deleitaban nuestros oídos con su música celestial.
En cuanto a los
Alfa Romeo, casi todos eran antiguos y todos entraron al circuito. El que más me impresionó fue un Alfetta de colores verde y negro, preparado hasta la médula y que recuerdo me adelantó a toda velocidad antes de llegar al Carroussel. Aunque pude contemplar a varios 147 GTA y algún Alfa GT bastante preparado el más llamativo era un
Giulia de los años 60, con un aspecto bastante original y una preparación modesta, todo un juguete para pasárselo bien. Y con estilo.
Algunas rarezas Un
TVR Tuscan descapotable, producido en números limitados, con una carrocería hecha de material compuesto y escapes de moto. Sin ABS, controles electrónicos de ningún tipo y muy ligero. Su motor 3.6 desarrollado por TVR producía al menos 350 CV y lo aceleraba hasta los 100 km/h en menos de cinco segundos.
Un
Renault Mégane R26.R, sólo 500 ejemplares producidos y me encuentro con la combinación de colores más bonita.
BMW Z8, un claro homenaje al BMW 507 producido a finales de siglo y movido por el 5.0 V8 de 400 CV del M5 E39.
Vauxhall Monaro VXR, un Holden australiano con motor V8 e insignias británicas.
Lotus Seven y Lotus Two-Eleven, dos pesos pluma con la diversión en mente.
El
Audi RS6 de asistencia, otro vehículo que el circuito usa, cedido por Audi.
Dos
AC Cobra originales, en diferentes tonalidades y movidos por un brutal V8 de 427 pulgadas cúbicas y más de 500 CV.
Alpina B3 3.5S, un M3 E30 con el motor 3.5 L6 del M635 CSi y 286 CV
http://www.diariomotor.com/2010/09/03/visitando-el-parking-del-nurburgring/