Si te matas con ese coche a 300 Kmh serás un trozo de carne picada dentro de un amasijo de hierros.
Para muerte con estilo en un coche la de la bailarina Isadora Duncan que murió en Niza en 1927 estrangulada por el chal de seda pintado a mano que llevaba al cuello cuando este se enrollo entre los radios de la rueda trasera del Bugatti que conducía su amigo.
Eso si que es morirse con clase.
P.D. El coche en realidad era un Amilcar GS de 1924 pero la historia lo cambio por Bugatti, mucho mas famoso y caro.