Pere Navarro pide "tiempo" para encontrar nuevo trabajo, mientras sus funcionarios presionan para que deje el cargo cuanto antes.El Gobierno no tiene intención de mantener en su puesto a Pere Navarro. El ministro del Interior, Jorge Fernández, recibe a diario mensajes de los más diversos colectivos y asociaciones
(entre los que destacan los propios funcionarios de la DGT) urgiéndole para que desvele cuanto antes el nombre del nuevo responsable de Tráfico. El ministro recibe presiones también de su propio partido, en el sentido de que "un Gobierno del PP no puede dar la imagen de no tener a nadie cualificado para una responsabilidad tan importante" como es la gestión del Tráfico. Según fuentes gubernamentales, el hecho de que Pere Navarro siga al frente del organismo se debe sólo a una deferencia del Ministro, después que el aún director de Tráfico le haya pedido "tiempo" para buscar un nuevo acomodo profesional.
El relevo de Pere Navarro adquiere trazas de culebrón. El mutismo oficial al respecto no hace sino alimentar el temor de los conductores, y también de los propios funcionarios que llevan casi ocho años a las órdenes de Navarro, a la posibilidad de que Navarro Olivella pueda continuar en el cargo. "La principal consecuencia del silencio del ministro, después de dos meses de la victoria del PP en las elecciones generales es que mucha gente, dentro y fuera del organismo, tiene la sensación de que la interinidad podría ser definitiva", afirman fuentes cercanas a los funcionarios de la DGT.
"La naturaleza aborrece el vacío", sentenció el filósofo Aristóteles. Esa máxima, aplicada a la política y a la opinión pública significa que el silencio es campo abonado para la rumorolgía y el nerviosismo, como estamos comprobando quienes seguimos la actualidad informativa en torno a este asunto. Ayer, sin ir más lejos, el entorno de Pere Navarro alimentaba la confusión con unas declaraciones anónimas a la Agencia Europa Press que venían a reforzar el falso mensaje de que existe la posibilidad de que Pere Navarro pueda seguir al frente de la DGT.
Lo cierto es que el "impasse" afecta de manera directa a la gestión diaria de la DGT. Las fuentes consultadas por El Antirradar no pudieron precisar cuánto "tiempo" ha pedido Pere Navarro permanecer en el cargo antes de optar a su nueva ocupación, que podría ser una entidad internacional, ya que, al parecer Navarro se siente "incomprendido" en España. Pero pasan los días, vencen plazos y Pere Navarro sigue teniendo en su mano capacidad de gasto.
Así, entre los asuntos que deben resolverse antes de que termine el mes de enero destacan el contrato de mantenimiento de los radares y la campaña publicitaria de la DGT para 2012, publicada en el BOE poco antes de las elecciones y que, por importe de 8 millones de euros, es uno de los más importantes de la Administración.
Toca seguir esperando a que el Sr. Navarro encuentre un nuevo empleo. Pero la presión sobre el ministro del Interior es cada vez mayor, y el Gobierno, en modo alguno, quiere dar la imagen de no tener a nadie a quien ofrecer el puesto. Este es, sin duda, el coste que asume el Ejecutivo por la dádiva a Pere para que se tome su tiempo antes de dejar el cargo de director de la DGT.
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