parte del artículo de 8000 vueltas:
Si en el diseño de un coche tenemos que, por ejemplo, considerar la instalación de accesorios como puertas, techo o parabrisas y mantener una altura libre al suelo suficiente como para que supere un badén, ya tenemos unas limitaciones prácticamente insalvables si nuestro objetivo es hacerlo correr. Desde luego que puedes convertir tu coche de calle en una divertida herramienta con la que acudir a algún track-day. Incluso puedes ir más allá y adquirir un coche lo suficientemente deportivo como para que su enfoque sea casi exclusivamente de circuito, como un Megane R26-R o un GT3 RS. Da un paso más y entrarás en el mundo de los coches de competición: un Clio de la Copa, un Leon… pero todavía hay más. Quizá necesites más velocidad y te plantees un GT: un coche de 500 caballos o más (como un Ferrari 458 Challenge o un GT3 Supercup), totalmente vaciado y rigidizado para aligeralo y mejorar su dinámica, con un traje aerodinámico hecho a medida y un chasis sólo apto para circuitos. Pues todavía estarás lejos, muy lejos, de lo que te ofrece una barqueta de carreras. Aproximadamente estarás a 2 segundos por kilómetro en circuito, lo que representa 8 segundos por vuelta en el Jarama y 10 en Montmeló, un auténtico mundo.