Aunque solo tenía que conducir un kilómetro para volver a mi casa después de la prueba, fue suficiente para confirmar mis sospechas – el cambio manual del nuevo Boxster 4.0 era muy inferior al cambio de “mi” 911 C4S. Esa sensación de incomodidad que había padecido durante más de 250 km desapareció por completo al encontrarme otra vez en un entorno familiar: el tacto duro del embrague, la posición ideal de la palanca y la precisión al insertar las marchas me devolvió a mi mundo.
AntecedentesYo había pedido la prueba del nuevo Boxster con motor atmosférico de seis cilindros allá por el año 2017, cuando surgió el rumor que el siguiente Spyder iba a tener un motor atmosférico, sí o sí. Pero solo me llegó el turno la semana pasada. Tenía que ser un GTS dado que no hay unidades Spyder en la flota de demostración.
En cuanto supe la fecha, informé al amigo Luis para ver si quería acompañarme y no lo dudó.
Recogí el coche sobre las 10:00 de la mañana y una vez efectuado los tramites, pude sacarlo a carretera.
El coche estaba casi de estreno, con solo 806km en el marcador. Color gris ágata con capota en rojo.
Era lunes, y por suerte, lucía un sol esplendido después de un fin de semana pasado por agua. La noche anterior, había preparado dos rutas y comprobando el estado de las carreteras por la mañana, decidí por la segunda, dado que había tramos con niebla en la primera. Eso sí, hacia fresquito.
Recogí a Luis y nos encaminamos hacía la “sierra pobre” de Madrid.
SensacionesLo primero que noté fue la ligereza de la dirección entre las manos, lo que me preocupó bastante. Felizmente, una vez en carretera, se “endureció” y volvió a tener un tacto normal. (Luego, en las especificaciones de esta unidad, pude ver que llevaba la opción “Power steering plus”.)
Lo segundo, el sonido del motor en parado – el de un motor “gordo”, quizá algo más tosco que los viejos motores de mis 987 y 996, pero muy “culto”, sin la artificialidad de los modelos 981 GTS y 718 S turbo. Una vez en marcha, se mostró muy elástico, pudiendo utilizar la tercera marcha para casi todas las zonas de curvas y algunos tramos de rectas. Sorprendentemente, encontré la sexta marcha relativamente corta, lo que se agradecía, al permitir unas recuperaciones fulgurantes.
Los asientos de serie eran super cómodos, recogiéndote perfectamente sin ningúna sensación de cansancio después de más de 3 horas al volante.
El nivel de insonorización y aislamiento era excelente y muy superior a mi 987. No noté ningún ruido yendo a velocidades altas con la capota puesta. El techo aísla a la perfección. A cielo abierto, con las ventanillas laterales subidas, no se notaban las turbulencias, eso sí, ajustando el asiento a su posición más baja.
Aunque soy partidario de volantes sencillos, sin aditamentos, agradecí el volante multifunción opcional, que incorporaba mandos para la radio, para el teléfono y para la pantalla de ajustes, amén de ser calefactado.
Como algunos sabéis, soy un maniático de las suspensiones porque, para mí, es lo que define un coche. Si son malas, vas a sufrir toda la vida. En cambio, si están bien logradas, es un placer infinito. Este es el apartado que más me ha gustado de este coche- suspensiones muy logradas, ofreciendo el compromiso perfecto entre confort y estabilidad. Eran, además, muy cómodas, tanto en modo normal como sport. **
(** Unos días después, me di una vuelta en mi Boxster Black y parecía que o estaban los neumáticos pinchados o los amortiguadores rotos en comparación con esa “alfombra mágica” del GTS 4.0. De hecho, me paré en una gasolinera para comprobar las presiones- estaban bien).
En el otro lado de la balanza y seguramente debido al refinamiento que incorpora cada generación, noté que casi todas las sensaciones que tengo en mis 996 y 987 estaban muy filtrados:
- Modos Sport y Sport Plus- girando el manettino para seleccionar estos modos, no se notaba apenas diferencia con el modo normal. *
- Al reducir marchas, tenía la desagradable sensación de que el motor no retenía el coche, teniendo que solicitar ayuda a los frenos. *
(* Sensaciones confirmadas por Luis desde su asiento de copiloto)
- A regímenes altos, el motor no producía el aullido típico de los flat six. Era más bronco y quizás algo menos refinado. Tengo que decir que no estiré el motor más de una vez, dado que el coche estaba todavía en rodaje.
Tampoco me gustaba esa consola central con todos sus botones y sin huecos para dejar cosas.
Pero lo que realmente me disgustó fue todo el sistema de cambio. No encontré una posición de conducción cómoda para cambiar de marcha; la posición del cambio me resultaba muy atrasada para introducir las marchas cortas y el embrague de tacto flojo y de recorrido largo dificultaban los cambios de marcha. A esto, sumaría la falta de precisión al insertar las marchas. Varias veces, me encontré en la marcha equivocada. (Ya sé que hay un indicador de la marcha insertada en la consola, pero yo sigo conduciendo por tacto).
Devolvimos el Boxster después de haber hecho casi 260 km en casi 4 horas y con un consumo medio de 13,2 l/100 km. No estuvo nada mal.
Próximos pasosAsí que he pedido una prueba del modelo con cambio PDK en cuanto esté disponible. Espero no tener que esperar otros tres años.
P.D. Me ha entrado las ganas de escribir esta nota después de haber dado una vuelta de 160 km con el 996.