Osella y Abarth, dos nombres legendarios del automovilismo italiano.
Osella era un buen artesano de chasis, de "barquetas" y hasta de F2, pero se decidió por la F1 y esta los devoró.
Como a Minardi, otros italianos, y los alemanes de Zaskpeed, y otros como el equipo de Walter Brun....
La F1 no tiene piedad.