Os colocó por aquí una reflexión de un usuario en Change.org, sobre este tema. ¿Qué os parece?
ACTUALIZACIÓN DE LA PETICIÓN
La verdad sobre los distintivos de la DGT
Jaume Carbó Villalba
España
5 DE MAR. DE 2018 — La reducción de la contaminación en Barcelona y Madrid mediante el uso de las etiquetas ambientales parte de una iniciativa para mejorar la calidad del aire. Hoy en día, prácticamente todo el mundo en mayor o menor medida está de acuerdo en mejorarla. Mucha gente, incluso con vehículos afectados, está a favor de esta iniciativa.
El problema es que la gente no se plantea que esta medida parte de una buena idea pero no se corresponde con la realidad, puesto que las herramientas de la DGT no distinguen cuanto contamina cada coche. Estos adhesivos simplemente clasifican el parque automovilístico en función de la homologación de emisiones que recibieron en sus años de fabricación. De este modo, la DGT estableció una frontera en los turismos gasolina EURO 3 (Normativa que entra en vigor a partir del año 2000) y en los Diesel EURO 4 (Normativa que entra en vigor a partir del año 2006).
A partir de esta línea divisoria empieza la problemática. Como podemos ver se está discriminando a los vehículos en función de su antigüedad, no de su potencial contaminante. Es por eso, que encontramos casos en los que un mismo modelo de vehículo matriculado en diciembre de 2005 no podrá circular y el matriculado en enero de 2006 si, llevando ambos el mismo motor, catalizador y sistema de filtros.
Siguiendo en esta línea podemos encontrarnos algún iluminado que diga que si se ha hecho en función de las homologaciones es porque éstas establecen un baremo de contaminación más estricto a medida que pasan los años. Cierto sí, pero encontramos una gran cantidad de vehículos que emiten realmente menos que sus homologaciones pertinentes y solo por el mero hecho de estar catalogados como EURO 2, por ejemplo, ya están condenados a no poder circular aun emitiendo menos que quizá un EURO 3 o EURO 4.
No obstante, también encontramos una gran cantidad de vehículos que emiten mucho más de lo que marca su homologación. Este es el caso de todos los vehículos afectados por el escándalo Volkswagen, pero eso sí, la gran mayoría de estos no se verán afectados por las medidas restrictivas.
¿Hacia dónde vamos con estas medidas chapuceras? La respuesta es fácil: A la no reducción de la contaminación. Si tuviésemos dos dedos de frente se aplicarían estas medidas como en otros países de Europa, en los cuales las ITV’s correspondientes se encargan de medir las emisiones de los vehículos y permiten hacer modificaciones de filtros, catalizadores e incluso motor para contaminar menos (algo que aquí no se permite). Solo hace falta mirar a Alemania donde un Seat Panda puede entrar en el centro de Berlín, y en cambio un Touareg V10 tiene vetada la entrada (Aquí será al revés).
Sinceramente creo en la cultura de las reparaciones y en aprovechar al máximo los recursos de los que disponemos, sino en mi casa no tendríamos un garaje con una edad media de 22 años en los que todos y cada uno de los vehículos que forman parte funcionan como el día en que salieron del concesionario. Pero claro esto no interesa, solo interesa que te endeudes para comprarte un coche diesel nuevo (por si no lo sabéis es lo que se sigue ofreciendo más a día de hoy) que contamina más que tu viejo gasolina, y además cuenta con obsolescencia programada que hace que te vaya a durar entre 5 y 10 años y luego se vaya a desguace.