La feria según van pasando los años mengua como la luna. Este año estuve el viernes antes de abrir al público y se notaba entre los expositores que tenían poca confianza en que hubiese una buena feria.
La tarde del viernes nos sorprendió a todos. La gente que busca algo específico intenta ir a primera hora para encontrar existencias, y la verdad es que se vendió mucho esa tarde. El sábado hubo algo más de ambiente pero pocas ventas, el domingo más de lo mismo.
Los expositores se quejan del precio que tienen que pagar por montar, unos 150€ el metro cuadrado, y los visitantes de los 8€ de la entrada.
Coincidí con Alaita y conocí a Ncesar con los cuales pasé un buen rato intercambiando opiniones sobre algunas de las pocas máquinas expuestas.