fuentes:
http://es.gizmodo.com/descubren-un-insecto-que-ha-desarrollado-sus-propios-en-1303283563 Carlos Zahumenszky
http://altorelieve.wordpress.com/http://noticias.lainformacion.com/ciencia-y-tecnologia/biologia/la-naturaleza-llego-antes-el-insecto-que-tiene-un-engranaje-dentado-en-sus-patas_EMWnHaRuVH1VWq0eaI5WH/ Antonio Martínez Ron
viernes, 13/09/13 - 09:29
La noticia no deja de ser curiosa, pero no ya solo por el cáracter natural ciéntífico, sinó por las múltiples aplicaciones del descubrimiento en el ámbito actual de ingeniería.
La idea de un insecto equipado con ruedas dentadas nos lleva directamente a pensar en imágenes propias de la ciencia-ficción, pero no hace falta irnos tan lejos. Científicos británicos de la Universidad de Bristol han descubierto que los ísidos, unos pequeños insectos saltadores, utilizan ruedas dentadas como las de las máquinas ideadas por el hombre.
El ísido joven utiliza estos engranajes para sincronizar sus patas de manera que se muevan a la vez al saltar. Este pequeño bicho se ha especializado en el salto y es uno de los animales de la naturaleza con una mayor capacidad de aceleración. Con apenas 2,5 milímetros de largo, los ísidos jovenes alcanzan una velocidad de salto de casi 13 kilómetros por hora con una aceleración ocho veces superior a la que puede soportar un ser humano sin desmayarse. El sistema nervioso del animal no es capaz de controlar los miembros durante el salto a esa velocidad, de ahí que hayan desarrollado engranajes.
Aparte de la curiosidad en sí, el descubrimiento es importante porque abre las puertas a un nuevo prototipo de engranaje desconocido hasta ahora. La forma de los dientes que constituyen las ruedas dentadas de los ísidos son inéditas en el mundo de la ingeniería. Los autores del descubrimiento sobre este insecto, Malcolm Burrows y Gregory Sutton, creen que su estudio podría revolucionar los motores que tienen que trabajar en una única dirección a altas velocidades.
Los científicos
creen que la presión evolutiva
- la carrera por saltar más rápido para huir de sus depredadores - es la causa de este curioso diseño. Cuando se trata de tiempos de reacción tan rápidos, ambas patas deben estar perfectamente coordinadas o de lo contrario, explica Burrows, el animal se desequilibrará y empezará a girar fuera de control. En los animales más grandes, como los canguros o las ranas, el sistema de salto está coordinado por el sistema nervioso, pero
con los tiempos de reacción de estos insectos,
la señal nerviosa tardaría más en llegar al cerebro y regresar a las patas que lo que tarda el mecanismo en ponerse en marcha.Pero ahí no acaban las sorpresas: resulta que el engranaje para el salto lo pierden en su etapa adulta y los insectos maduros sincronizan sus patas por fricción como el resto de chicharras. La hipótesis de los científicos es que también hay una explicación evolutiva: si uno de estos engranajes se estropea en un adulto, ya no hay manera de repararlo, y eso es un precio que, en la carrera por la supervivencia, los insectos de esta especie no se pueden permitir.