Sí y no. Dos estudios recientes presentan conclusiones al respecto. Personalmente, me incluyo entre los usuarios habituales de videojuegos, especialmente los de coches (¿acaso alguien lo dudaba?). Los videojuegos nos permiten conducir máquinas que quizá jamás podremos conducir en la vida real en circuitos de todo el mundo, sin consecuencia alguna más que tener que reiniciar la carrera en caso de accidente. Es precisamente esta falta de consecuencias la que preocupa a algunos expertos investigadores.
El primer estudio corresponde a la Universidad de Rochester, y concluye que los jugadores más habituales tienen los reflejos más entrenados. Jugar a videojuegos muy rápidos que requieran decisiones rápidas y precisas – como por ejemplo Need for Speed: SHIFT - se muestra beneficioso en situaciones reales bajo presión. El conductor tiene más posibilidades de tomar correctamente decisiones binarias (frenar o no frenar). También el conductor mejoraría su cálculo de distancias y la visión espacial.
Una de cal y una de arena. Un estudio realizado por Continental avala los resultados de Rochester, pero añade una sombra sobre los jugones conductores. A igualdad de situaciones, un jugador tendería a arriesgar más al volante que un no-jugador, llevando a mayor posibilidad de accidentes. Es un conductor que apura más los adelantamientos e incide más en faltas viales como saltarse semáforos en rojo. Según parece, Continental también determina que son más propensos a casos de “furia al volante”.
Es precisamente la falta de consecuencias en el videojuego las que llevan a los jugadores a tomar más riesgos al volante. Como siempre, estos estudios debemos tomarlos con cierto escepticismo, aunque hay evidencia empírica – datos, contantes y sonantes – que soportan sus conclusiones, su metodología se basa en encuestas y poblaciones que no tienen por qué ser demasiado fiables a nivel estadístico. El factor humano es muy importante y debemos recordar que cada persona es un mundo.
No es lo mismo estar sentado frente a tu ordenador o consola conduciendo un pick-up virtual en el GTA: IV que al volante de una masa de metal que pesa 1.5 toneladas y va lanzada a 100 km/h. Creo que nuestro prisma cambia lo suficiente como para modificar por completo nuestra forma de pensar y actuar, son situaciones completamente discernibles, principalmente porque en la vida real hay un riesgo físico y económico muy claro y tangible para nuestras acciones.
Dicho sea de paso, la relación entre videojuegos y conducción ha sido un tema muy tratado. Las conclusiones van variando con los años
http://www.diariomotor.com/2011/02/02/%C2%BFnos-hacen-mejores-conductores-los-videojuegos/