Más que digno de una película de terror, es digna de una película del neocostumbrismo italiano la total, completa, categórica y absoluta indiferencia que por ese endriago, ese adefesio, ese aborto, ese excremento, esa bahorrina, y en suma esa espantosa, inmunda y repugnante aberración sienten los viandantes de la calle y los clientes de la terraza que salen retratados en las imágenes, tal y como harían si pasasen al lado de un buen montón de mierda. Se me ocurre la loca idea de que eso lo es.