Aquí va mi
breve resumen de la conce de Calpe, que bien podía haberse llamado "conduciendo bajo la lluvia"
Ayer sábado algunos habíamos quedado para comer directamente en Calpe, en un lugar recomendado por Julián con especialidad en arroces caldosos. Así que allí estábamos comiendo unas calderetas que prepararon para un regimiento, y es que sobró una barbaridad. El tiempo era bastante malo: lluvia a cántaros, viento muy fuerte, calles inundadas, etc. Y lo peor es que no parecía que iba a dar tregua. Estuvimos planteando si se cancelaba la ruta o no, pero tras hablarlo entre la gente que había acudido al punto de encuentro se decidió seguir adelante.
Así que empezamos la ruta y nos dirigimos al primer destino, un lugar con bonitas vistas desde el que se puede ver Ibiza en días claros. Obviamente hoy no iba a ser ese día... esto es lo único que podíamos ver.
Había prevista una visita/paseo a una especie de mirador, pero lógicamente había poco que mirar en estas condiciones. Así que decidimos seguir la ruta (aprovechando que es por nacionales), pero sin demorarse demasiado para tratar de llegar antes al hotel y así poder aprovechar algo la tarde para charlar y socializarse, que tampoco está de más. Las calles de Calpe eran auténticos ríos y algunas trapas de alcantarilla expulsaban agua en lugar de tragar por lo saturada que estaban las tuberías. Os podéis imaginar la cantidad de agua que había.
El hotel hay que reconocer que era una auténtica pasada; sin duda, un hotel para volver con más tiempo y disfrutarlo más tranquilamente! Y con el código "Roadster" todavía mucho mejor.
Aquí una vista de la piscina iluminada, que da acceso directo a la playa. Aunque el mar estaba para pocos baños esta noche, jeje.
Estuvimos charlando y tomando algo hasta que el grupo que pernoctábamos allí decidimos salir a cenar frente al hotel. La lluvia seguía y no era plan de mojarse demasiado. Tras una cena muy agradable, de vuelta al hotel, donde algunas copilotas animaron y sacaron a bailar a un chino de un equipo ciclista que había alojado en el hotel. Y hasta aquí puedo contar!
A la mañana siguiente, en el desayuno con unas bonitas y dulces vistas... pero con el mismo día desapacible.
Al igual que ayer, vamos al punto de encuentro a decidir qué hacemos. Y de nuevo la gente opta por tratar de hacer la ruta, teniendo en cuenta las limitaciones por la lluvia. Y es que en el RSC la gente está en el límite de la locura. Aquí unas fotos en ruta y fijaos en el estado de la carretera y del árbol.
La cosa se estaba poniendo fea. El nivel del agua en algunos tramos era importante, había bastante barro y desprendimientos de rocas. Tanto es así que llega un punto en el que el sentido común se impone y decidimos cancelar la ruta por problema a que algún coche se quede parado o embarrado. Yo no tengo la foto de una "pequeña roca" que bloqueaba un carril de la carretera, pero ya veréis ya...
Por tanto Julián decide variar la ruta y tratar de desviarla por carreteras más grandes. Una necesidad imperiosa nos lleva hasta la gasolinera más cercana. Y el roadleader decide descapotar aprovechando el techo de la gasolinera... pero eso es trampa
A continuación vamos hacia una bodega para hacer una cata de mistelas y/o aceites. Una foto de grupo...
Hector ante sus dominios
Algunos coches aparcados...
Seguidamente vamos a una cafetería cercana a tomar algo y, de paso, hacer tiempo. Vemos en la TV que se espera rachas de viento por el norte de Alicante de hasta 100 km/h. Y aquí fuera, una prueba de cómo bajaba el agua. Lo que se ve no es un cauce de un río, sino una alameda transitable que según nos cuentan se utiliza para poner el mercadillo los sábados...
Se puede observar la fuerza que llevaba el agua.
Tras esto seguimos con algo de ruta y, en un momento en el que la lluvia baja un poco de intensidad, algunos osados/locos/temerarios (grupo en el que me incluyo por supuesto!!!) decidimos descapotar. Al menos en mi caso fue más el orgullo que otra cosa, y es que nunca he estado en una conce en la que no haya descapotado (así que esta no iba a ser menos). Y así llegamos hasta el lugar de la comida con una hora de antelación respecto al horario previsto. Creo que esto no habrá pasado nunca. Aquí los coches aparcados ya.
Tras un menú muy completo damos por finalizada la conce un poco aguada. Y aprovecho el texto de este azucarillo como punto y final: y es que la vida está llena de pequeñas cosas, incluso de una "gran conce remojada con una pequeña cantidad de agua"
Gracias a todos los asistentes y hasta la próxima... recordad que tenemos pendiente repetirla con mejor tiempo!!